ARTÍCULO FINAL SOBRE LA
EDUCACIÓN LITERARIA EN EDUCACIÓN PRIMARIA
Después de seleccionar y analizar
un libro para trabajar en el aula, o unos textos folclóricos, organizar una Semana
Cultural para el colegio, inventarme actividades motivadoras para la lectura de
un cuento, o incluso realizar mis propias creaciones literarias, me queda lo
suficientemente claro la importancia de la literatura en Educación Primaria; pero no cualquier
literatura, sino una que conecte con los alumnos, una adecuada a su edad, y una
que el maestro conozca, para poder realizar actividades y así motivar a su
lectura. La buena elección de un texto que coincida con el desarrollo evolutivo
de los niños, un libro adecuado a la edad, nos ha perseguido a lo largo de
todos los bloques de la asignatura. No sirve cualquier libro a cualquier edad,
porque el equivocarte en la selección, puede suponer que no se interesen nunca
más por ellos. Necesitamos libros en las aulas, que despierten en los niños ese
amor por la lectura, porque seleccionar un libro inadecuado puede ser
peligroso.
También quiero comentar lo
interesante de trabajar así la asignatura. Era la primera vez que creaba un
blog, y me ha resultado curioso, además, la forma de presentar los trabajos, de
compartirlos con los compañeros, y de mejorarlos con las aportaciones de otros.
Es una manera interesante de construir tu propio aprendizaje, con ayuda no solo
de Irune, sino también de otros compañeros.
En el primer bloque, he
visto que, en Primaria, con niños de 6 a 12 años, es un buen momento para
convencerles que la literatura no es algo educativo, no siempre tiene que dar
respuestas, puede ser algo placentero, y, además, te puede incluso hacer
reflexionar, pero sobre todo DISFRUTAR. Es muy importante una buena selección
para que los niños se puedan identificar con sus personajes o con las
situaciones. En este bloque también he aprendido la importancia de conocer algo
sobre el autor, o autora, e incluso, sobre el ilustrador.
Durante esta actividad, he
disfrutado mucho leyendo libros que aconsejaban mis compañeros, y más de uno me
he apuntado en mi lista de biblioteca. Este primer bloque, me ha mostrado los
puntos a seguir para elegir los textos adecuados según las perspectivas de los
alumnos y alumnas en ese momento, y siempre adaptando e innovando.
El libro que yo escogí para la
actividad fue: “Retorno a la Isla Blanca”, era un libro que se estaba leyendo
mi hijo y despertó mi curiosidad. Me encantó, disfruté mucho con su lectura y
en seguida se me ocurrieron actividades a realizar con los niños del aula. Me
pareció un libro magnífico.
Durante el desarrollo del primer
bloque, me encontré con un término que no conocía, la “paraliteratura”, y ahora
ya conozco su significado, y lo que yo debería buscar en las aulas: libros para
disfrutar. La literatura como arte,
no está creada para enseñar. Analicé un libro, y profundicé más en él,
personajes, estructura, lenguaje… Me quedó clarísimo el objetivo de este
bloque: Crear hábito de lectura en los alumnos, y con ello su disfrute.
Importantísimo localizar situaciones o personajes con los que se puedan
identificar, seleccionar buenos libros, y sobre todo adecuados, ya que los
niños igual que van creciendo de años, también evolucionan sus intereses en
relación con la literatura.

“No busques libros que enseñen, sino libros que hagan sentir”
Luego llegaron con el segundo
bloque, los textos folclóricos, no sabía a qué se referían con folclóricos,
ahora no tengo duda: No existe autor, y se transmite oralmente, por ello va
cambiando para adaptarse a las culturas que lo acogen. Los autores de los
textos folclóricos son aquellas personas que los han ido contando de generación
en generación, y así poco a poco, han ido transformándolo. Todos hemos crecido
con ellos y es una pena que los olvidemos.
En esta actividad aproveché un
libro mío de hace muchos años; una compilación de relatos fantásticos y
misteriosos que guardaba yo con mucho cariño, y que pensaba que era menos
conocida de lo que ha resultado ser. No me había parado a pensar la gran
influencia que tienen en los niños los textos folclóricos, y que además son
anónimos, y al contarlos hemos ido inconscientemente o no, cambiando el final o
añadiendo detalles o personajes. Me ha resultado muy curioso caer en la cuenta,
que los mismos libros que mi abuela contaba a mi madre, ella a mí, y yo a mis
hijos, siguen sorprendiendo y no pasan de moda. Son cosas que ya sabes, pero
que no te paras a pensar. La literatura folclórica no está creada para niños,
pero sí son cuentos familiares que incluían a los niños, por eso no tenemos que
olvidarnos de ellos, es bueno cada poco tiempo, contar un cuento folclórico en
el aula.
“Los textos folclóricos son para contar y cantar”
Con este bloque he pensado en el
pasado, en momentos familiares íntimos y bonitos, y entonces he caído en ¿Por
qué olvidarnos de ellos? ¿Por qué no revivirlos en las aulas? Si gracias a
ellos yo tengo un buen recuerdo de la historia, y provocó en mí las ganas de
leer... debiéramos no olvidarnos de estos textos, aún, sabiendo que su uso en
la escuela es mínimo hoy en día. Muchas veces buscamos técnicas innovadoras y
nos volvemos locos pensando en el mejor método para que el niño se sienta
atraído con la lectura, y nos olvidamos de algo tan sencillo como es el
contarle el cuento de toda la vida, despertando su sensibilidad. Es curioso,
además, las historias tan diferentes que existen sobre un texto que todos
pensábamos conocer el final.
Tampoco conocía que los
trabalenguas, retahílas, o nanas pertenecían a la poesía folclórica infantil.
Este bloque ha sido un gran descubrimiento, y he disfrutado mucho escuchando de
nuevo los cuentos de Perrault, de los hermanos Grimm o de Hans Christian
Andersen de mano de mis compañeras. Son verdaderos tesoros que no deberían
desaparecer nunca de la estantería de una habitación infantil o de un buen
rincón literario.

Al contar un texto folclórico,
generas tu propio lenguaje y gestionas tú mismo el ritmo de la historia. Además,
los textos folclóricos ayudan a entender el entorno que nos rodea. Los profesores
deberíamos ser unos transmisores de textos de forma oral continuando con la
tradición cultural. En clase debemos contar no leer. El hecho de que te bases
en una versión escrita es para que puedas analizar el cuento, adaptar algunas
cuestiones si lo consideras necesario y aprendértelo.
En el tercer bloque de
la asignatura, disfruté organizando una Semana Cultural de Lope de Vega. Al
principio cuando leí que había una parte en grupo, me entró pereza, porque en
otras ocasiones me ha resultado realmente difícil ponerme de acuerdo con otras
personas para realizar un trabajo, porque tenemos todos la vida muy complicada
y llena de obligaciones, y al final te frena el hacer el trabajo entre varios.
Sin embargo, nos juntamos cuatro conocidas-amigas con ganas de Semana Cultural,
y en seguida coincidimos todas con Lope de Vega y nos pusimos manos a la obra.
Aprovechando que nuestro protagonista era madrileño, pudimos imaginar acercar a
los alumnos al Siglo de Oro de las letras, con una figura relevante dentro de
la literatura y el teatro español.
Pretendíamos ambientar el colegio y las aulas
con una época importante de la historia de nuestro país y con uno de los
autores más prolíficos de la literatura universal. En mi caso, no dudé en
elegir 6º de Primaria, porque tenía demasiadas actividades en mi cabeza y
prefería alumnos mayores para sacar más aprovechamiento de la Semana Cultural.
En este curso, los alumnos y alumnas deben aprender a apreciar la sutileza del
lenguaje escrito como forma de expresión, como arte, como comunicación en todo
su esplendor, y pensé que con Lope de Vega sería fácil.
Me encantó volver a investigar en
los corrales de comedia, o en los amoríos de El perro del Hortelano. He
disfrutado mucho elaborando actividades para los alumnos, de todo tipo,
interpretativas, de investigación y de memorización. He escogido obras en donde
los protagonistas se hacen familiares y cercanos, a la par que simpáticos.
Aunque han pasado muchos años, tratan temas presentes en nuestras vidas como
los triángulos amorosos, celos, despechos, envidia, falsedad, que pueden
encontrar en cualquier novela actual.
Con esta propuesta de Semana
Cultural me he imaginado una experiencia diferente en el colegio, algo que
rompe con la monotonía diaria, y donde alumnos, profesores y resto de la
comunidad educativa, comparten un proyecto; donde descubren y aprenden juntos
viviendo una labor comunitaria. He sentido que estaba allí organizándolo y que
era una profesora más y me ha gustado.
Al llegar al cuarto bloque de
la asignatura, y leer que tenía que diseñar actividades para acompañar a los
alumnos en el proceso de lectura (antes, durante y después), empecé a pensar en
el libro que había escogido para la actividad del primer bloque, y se me llenó
la cabeza de ideas. Pero al leerlo por segunda vez, observé que se iba a
valorar que algún tema del libro fuera de interés social, y que parte del
trabajo invitara a la reflexión, entonces, “El retorno a la Isla Blanca” no me
valía.
Lo más difícil es escoger un buen
libro, luego ya salen solas las actividades. Al principio de curso, en la
primera sesión presencial de la asignatura, Irune comentó algo sobre “A de alas
y A de Abuela”; me llamó la atención el libro y lo busqué para mis hijos, se lo
leyeron rápido y les gustó. Lo tenía en casa cuando iba buscando libro para
este cuarto bloque y tropecé con él, lo abrí y lo disfruté esa misma tarde. Al
terminar mi lectura tenía claro que el libro era perfecto para la actividad.
Imaginándome siendo la profesora,
he intentado provocar el deseo sobre el libro, que en principio no tiene por
qué resultar atractivo a los alumnos, y, además, he intentado mantener ese
entusiasmo hasta el final. Me imaginaba delante de ellos, y se me ocurrían
actividades para acercarles al libro de una forma creativa, lúdica y
placentera.
En este bloque hemos vuelto a ver
la importancia de seleccionar un texto a una edad, que no vale cualquier cosa,
y si los alumnos se pueden sentir identificados, o pueden haber vivido una
situación similar, la atracción aumentará.

He recordado la importancia y la
magia de los cuentos de los niños cuando son pequeños, su mejor momento del
día; también lo fácil que es cuando empiezan a leer que continúen con su
lectura, porque la novedad atrae. Pero también he recordado que la pérdida del
deseo lector llega, y cuando ya saben leer, se aburren y no les apetece. Aquí
es cuando la labor del maestro se hace fundamental. El presentar de una forma
motivadora y cercana el aprendizaje lectoescritor, puede suponer continuar con
el disfrute por leer, o empezar con la pesadilla de la obligación de leer como
deberes. Y los padres, tenemos que continuar con esa chispa de la hora mágica,
aun sabiendo que ya son autónomos con la lectura. Este bloque me ha dado que
pensar.
En este bloque he aprendido que
hay dos tipos de lectura: en voz alta (expresiva), y en voz baja (comprensiva).
He aprendido que la lectura comprensiva es mejor hacerla en casa, y en clase
pasar a la acción con preguntas y actividades. He observado la importancia del
diálogo y de que todos participen; la importancia de elaborar preguntas para
que los niños piensen, reflexionen si su actuación hubiera sido la misma, o simplemente
para que se imaginen el final. Con este tipo de actividades, conseguimos que
hasta el más perezoso siga el ritmo de la lectura del libro, porque si no, le
va a resultar realmente difícil participar junto al resto de sus compañeros.
A la llegada del último
bloque, el quinto, de creación literaria, me asusté solo de pensar
que tenía que inventarme algún texto. Sin embargo, ha sido el que he finalizado
en menos tiempo, y, además, me he divertido. Mi principal terror era el
componer un verso, y en clase con Irune me quedó claro. Por lo visto, la
generación del 27 fue la última donde realizaban versos que rimaban; a partir
de ahí, ya no tenían que rimar, era verso libre (menos mal).
Después de leerme toda la teoría,
además, he visto un montón de estrategias, que te ayudan a componer los
diferentes textos en prosa, verso o drama, con lo cual lo difícil se ha
convertido en fácil y entretenido.
He comprendido, tras leerme todo
y realizar la actividad, que no debo emplear la palabra “redacción” en clase, y
que siempre tengo que poner ejemplos propios. Es decir, si les pido a los
alumnos una creación en verso, primero tendré que enseñarles una mía, de esta
forma, les puede servir de ejemplo y de inspiración.
Al realizar una creación propia,
los niños comprenden mejor los textos literarios. Con ellas potenciamos su
imaginación, originalidad y potencial creativo. Y con materiales sencillos y en
pocas horas, he comprobado que se puede fabricar un libro, algo que puede dejar
huella en nuestros pequeños lectores. Y, por cierto, he entendido la diferencia
entre texto literario y texto no literario. El nuestro, es el literario, el que
tiene más fantasía y es más creativo.
También me ha quedado claro, que,
en la creación dramática, no hay narración en el texto, hay acotaciones sólo.
Las cosas se sobreentienden, pero la imaginación juega un papel muy importante.
Con todas estas actividades en
sus diferentes bloques, he aprendido a valorar, más si cabe, la literatura en
el aula. Mi experiencia como maestra es escasa, sin embargo, acabo de realizar
el Practicum II en un colegio de Majadahonda, donde sí le daban importancia a
esta asignatura. Todos los alumnos de Primaria, tienen a la semana 2 horas de
literatura en español, y 2 horas le literatura en inglés. He visto a los niños
sentados en semicírculos escuchando a la profesora contar un cuento, he visto
como dejaban volar su imaginación escribiendo sobre algún tema que les
resultase interesante, y, sobre todo, he visto como disfrutaban y le pedían que
leyera otro capítulo más.
Si algún día puedo cumplir mi
deseo de ser maestra, espero poder aplicar todos estos conocimientos, todas
estas buenas ideas para aportar felicidad y disfrute a los alumnos con la
literatura.
Para elaborar las diferentes
tareas de esta asignatura, he leído todos los escritos que nos ha facilitado
Irune, y he visitado diferentes páginas web. Hay una en concreto (www.transeduca.com /teatro escolar), que me ha
resultado especialmente interesante debido a que trabajan para adaptarse a las
necesidades escolares, y llevan sus obras de teatro escolar a grandes ciudades,
como Madrid, Barcelona o Valencia. En esta página utilizan el slogan “Creemos
en el teatro escolar como vía de transmisión de emociones y conocimiento”.
Gracias a ella, me he imaginado nuevas actividades divertidas para mis
invisibles alumnos de Primaria.
Un excelente artículo que refleja todo un semestre de trabajo, reflexión y aprendizaje. Enhorabuena.
ResponderEliminarCris, me alucina tu blog!! Me encanta, lo he puesto en favoritos!! Hay cosas que me apetece hacer con mi sobrino en Agosto!! Felicidades en serio!!
ResponderEliminarUn beso